Oscuros Detalles de Operaciones Cambiarias Vinculadas a Venezuela

Gerardo Reyes, Jay Weaver y Casto Ocando El Nuevo Herald
04/05/2009

GERARDO REYES, JAY WEAVER y CASTO OCANDO El Nuevo Herald

Cualquier podría imaginar que la sede de una compañía del sur de la Florida que asegura haber manejado $10,000 millones en el mercado cambiario de Venezuela el año pasado es una oficina agitada con ejecutivos encorbatados conversando con sus clientes por teléfono o impartiendo órdenes por computadora. La Suite 407 que Rosemont P. Corporation inscribió ante las autoridades normativas financieras del estado en 9737 NW 41 Street es realmente un casilla postal –número 407– de una tienda de UPS, pudo comprobar El Nuevo Herald.

Este es sólo uno de varios detalles intrigantes que han comenzado a surgir en torno a Rosemont y a su presidente y fundador, Rama Vyasulu, un sigiloso financista indio-venezolano que atendía sus negocios a un par de millas de la tienda de UPS en una pequeña oficina de bienes raíces, usando un celular viejo de $30, según vecinos de la oficina.

Vyasulu fue arrestado en Miami el 25 de marzo bajo cargos de lavado de dinero producto del narcotráfico en un caso que ha trabado parcialmente el multimillonario mercado cambiario de Venezuela.

La acusación de un jurado federal de Boston sostiene que el financista habría aceptado introducir $900,000 en el sistema bancario de Estados Unidos, “propiedad que fue presentada por un oficial del orden como dividendos de una actividad de [narcotráfico]”, afirma el documento de acusación.

Autoridades federal que no pueden identificarse dijeron que la investigación conjunta de la Fiscalía de Boston y el Departamento de Justicia va más allá de Vyasulu, aunque nadie más ha sido acusado desde que se presentaron los cargos la semana pasada.

Que la dirección de una de la filiales de Rosemont P. Corporation en los archivos de las autoridades normativas de la Florida corresponda a una casilla postal, como lo descubrió un reportero de la página de internet Notiven, y que Vyasulu despache en una modesta oficina de bienes raíces, no sorprende a quienes lo conocen.

Algunos coincidieron en señalar que los rasgos más evidentes del grueso financista de 57 años son justamente su extremada reserva y una visible austeridad en casi todos los aspectos de su vida.

A Vyasulu, que habla alemán, inglés y español, se le describe como un hombre serio, responsable y muy cordial.

Gerardo Díaz, propietario de Impex Associates, una empresa de asesoría financiera de Coral Gables, no tiene recuerdos muy gratos del ex banquero indio.

En un entrevista con El Nuevo Herald, Díaz relató que contrató a Vyasulu como asesor en banca después que lo despidieron de un banco alemán con sede en Miami, pero a los pocos meses conoció que estaba desviando miles de dólares en comisiones bancarias.

“Es un ser humano extremadamente diabólico, metódico y cínico que trata de utilizar a todas las personas”, dijo Díaz. “Es excelente en crear caos para que todo el mundos se pelee con todo el mundo y así conquistar a una persona tras otra, hasta encontrar a la que más le convenga”, agregó.

En el 2003 Díaz demandó a Vyasulu en una corte estatal por enriquecimiento ilícito y otros cargos. Vyasulu lo contrademandó tres años después en el tribunal federal de Miami por confabulación bajo la Ley RICO. Las partes llegaron a un acuerdo extrajudicial que no contempló pago alguno.

Díaz sostuvo que siempre se preguntó en qué invertía el dinero Vyasulu. Según el empresario, Vyasulu tiene muy buenos contactos en República Dominicana y una relación estrecha con un coronel venezolano.

“Rama es un enigma”, agregó.

Según la acusación federal, entre noviembre del 2008 y marzo del 2009 Vyasulu transfirió los $900,000 a una cuenta del Bank of America donde la firma Rosemont Finance Corporation, de la cual también es presidente, manejaba depósitos de numerosas casas de bolsa y oficinas de cambio de dinero de Venezuela.

Los fiscales federales congelaron no solo el dinero enviado por Vyasulu sino también unos $240 millones de 49 intermediarios (casa de bolsa y de cambia) del mercado cambiario venezolano, según el abogado miamense Michael Díaz, que representa a varios de estos intermediarios.

Estas casas de bolsa funcionan en Venezuela como intermediarias del llamado mercado paralelo de divisas al que acuden ciudadanos y empresarios debido a las grandes dificultades para comprar dólares en el mercado oficial. Los usuarios de este mercado pagan una tasa de cambio más alta por dólar.

Se calcula que este mercado moverá este año unos $27,000 millones, según el economista venezolano Asdrúbal Oliveros.

El viernes, con una cadena a la cintura, Vyasulu escuchó a un magistrado federal de Miami postergarle para este lunes una audiencia en que se decidirá si lo liberan bajo fianza y las condiciones de su traslado a Boston.

Sam Rabin, abogado del Vyasulu, le restó importancia al caso. Dijo que su cliente fue abordado por agentes encubiertos de la DEA o informantes que le hablaron en “clave” en relación con la transferencia de dinero de Boston a Miami.

“El niega categóricamente que haya infringido la ley”, dijo Rabin. “Tengo entendido que no mencionaron la palabra cocaína o sustancia controlada cuando hablaron con él. Para él esto fue una transacción financiera”, agregó Rabin.

Michael R. Band abogado de Rosemont, dijo que el caso judicial se extralimitó en su alcance. Aseguró que la empresa, establecida en el 2005, ha movido sin ningún problema en el pasado más de $1,000 millones a través de decenas de cuentas del Bank of America hacia Venezuela. “Estamos aquí para hacerle ver al gobierno que una gran parte de los fondos, si no toda, es legítima”, dijo Band.

Agregó que la congelación impide a muchos de los clientes comprar dólares, entre ellos empleados de la embajada de Estados Unidos en Venezuela.

“Estamos hablando de individuos que han sido perjudicados por esto y corporaciones que no pueden pagar sus impuestos en Venezuela”, indicó.

El nombre completo del financista acusado es Rama Krishna Kuchibhotla Vyasulu. Es hijo de un diplomático indio que trabajó en Venezuela y México, explicó Gerardo Díaz. En 1968 hizo cursos preuniversitarios en la Universidad de Londres y se graduó de la Universidad de las Américas de México en 1971, según un folleto promocional de su empresa.

Es una persona culta y que se ufana de ver el aura de la gente, agregó Díaz.

Obtuvo una maestría en Administración de Empresas en la Facultad Thunderbird de Estudios de Posgrado en Arizona antes de empezar una larga carrera en el mundo bancario, donde ocupó cargos como la vicepresidencia del Dresdner Bank Latein Amerika y durante unos cuatro meses trabajó en la oficina de normación para América Latina de la Reserva Federal en Atlanta.

Vyasulu se casó en Venezuela con una alemana con quien tuvo tres hijos. Uno de ellos estudia en una academia militar de Estados Unidos. El matrimonio se separó y durante el proceso de divorcio conoció a Tania González, abogada mercantil que fue azafata de una aerolínea venezolana.

Se casó con ella en Miami por lo civil en septiembre del 2001. González tenía 37 años y Vyasulu 50.

Al año siguiente se casaron por la Iglesia Católica. La celebración, a la que acudieron unos 50 invitados, la mayoría venezolanos, se celebró en el Doral Resort & Spa. González, quien trabajaba en la tienda Dillard’s en el International Mall de Miami, es agente de bienes raíces.

Durante los años que vivió en Venezuela, Vyasulu se vinculó con banqueros influyentes. Fue vicepresidente ejecutivo de Banco Caracas, N.V. y participó en la creación de Bancaracas International Banking Corporation en Puerto Rico, agrega el folleto.

Luego se vinculó al Centenial Bank USA, en Nueva York, donde llegó a vicepresidente ejecutivo y director. El Banco de Venezuela lo nombró vicepresidente internacional en Miami y Nueva York.

También fue agente diputado del Banco de Venezuela SAICA y vicepresidente y representante de varios países en Latinoamérica de Marine Midland Bank.

Los pilares filosóficos de su empresa Rosemont, nombre de la avenida neoyorquina donde registró su primera dirección en Estados Unidos en 1983, son, afirma el folleto promocional: ‘‘transparencia, iniciativa y profesionalismo”.